La Subida



Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció a un pastor, y en el lugar levantaron la Ermita de Nuestra Señor de el Bustar, a unos 5km de la localidad de Carbonero el Mayor, en pleno campo de la meseta castellana en la provincia de Segovia, España.


Muy cerca de un río
María aparece
y luego establece
llamarse Bustar.
(Estrofa del Himno).

La subida de la Virgen al pueblo solo se realiza por pestes, epidemias, plagas, guerras, calamidades, sequías, pobreza y similares. Es una festividad religiosa en la que el pueblo engalana sus calles con arcos, flores de papel y ornamentos diversos que hacen a mano las mujeres, cada barrio es decorado por la gente que en él vive.  Celebración cargada de emotividad, recuerdos, donde se rememoran hasta dónde llegan la memoria las anteriores subidas, los días mas felices en la vida de un pueblo. 

Con motivo de cumplir 50 años desde que se reconstruyó la torre de la Iglesia tras quemarse en un incendio, subió la Virgen para alegría de los devotos después de 13 años sin hacernos una visita, nos honró con su llegada en 2014.

Miles de personas foráneas y llegadas desde  otros lugares y ciudades, acompañaron a su Patrona que era llevada en andas a la entrada del pueblo en su recorrido procesional por las calles; abarrotando la localidad, día especialmente emotivo de festividad religiosa donde los fieles expresan su amor y devoción, a la Virgen del Bustar patrona de Carbonero, finalizando días después con su vuelta al santuario. La subida es particularmente especial porque los lugareños siempre piensan que será la ultima vez en la vida que puedan verla en el pueblo, y ojalá así fuera.


Pero en 2020 con motivo de la pandemia COVID volvió a subir, esta vez sin celebraciones y sin gente en sus calles, y aquí sigue la talla Bizantina, en la iglesia, hasta que finalice la pandemia.

 






La Bienvenida.






Aquí de espera.









Entrando al pueblo , con el manto blanco de la llegada. 










Bajo el arco del barrio. 













Con el manto azul de Romería.













Castillos en el aire en honor a la santa. 








Corona al detalle. 









Mantilla sobre Teja. 











De Romería por las calles del pueblo. 









Iglesia y Patria.










Decoración realizada por los vecinos del barrio. 











Punto álgido del paso de Nuestra Señora por las calles centrales de la localidad. 









Manto verde de vuelta a la Ermita. 










Parada para rezar, rodeada de los devotos, de vuelta a su casa. 









Adiós Señora, y se fue, y nos quedamos pensando que sería la ultima vez que la veríamos por el pueblo. 
Pero... no fue así.