La Casa de María


La Casa de María, mi vecina del barrio de allá abajo donde vivi mi infancia. Recuerdo su carácter afable, entrañable, campechano y sus charlas interminables, muy querida por todos los vecinos, en invierno sentada al lado de la ventana, la saludábamos al pasar; y en las fiestas de Navidad tengo presente entrar a felicitar las pascuas, y nunca faltar una pasta o un bollo para ofrecer pero sobre todo una sonrisa y una charla amena, que ahora en su ausencia, valoramos aun mas... De esas personas que dejan en la vida un recuerdo imborrable.