DIVINA SUPERFICIALIDAD
Está obra se caracteriza por un universo visual exuberante, teatral y profundamente simbólico, donde la fotografía se transforma en una puesta en escena casi cinematográfica. En ella, lo cotidiano y lo sagrado se mezclan con lo kitsch, lo pop y lo surrealista, generando imágenes que oscilan entre el glamour exagerado y la crítica social implícita.
De estética vibrante y provocadora, esconde una profunda reflexión sobre la fragilidad humana, la obsesión por la imagen y la búsqueda de redención a través del arte.
Los colores saturados, la iluminación intensa y el dramatismo compositivo crean un lenguaje visual inconfundible, que combina lo bello con lo grotesco y lo espiritual con lo mundano. Los personajes son representados en escenarios cargados de ironía, sensualidad y fantasía, cuestionando los valores culturales del consumo, la fama y la religión.
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